Pequeños cuadraditos blancos y negros, 64 de ellos para ser exactos, 8 filas y 8 columnas forman el campo de batalla para 16 pequeñas piezas. Estas últimas pueden ser de cerámica, madera tallada, plástico, acero, entre otra infinidad de materiales. Dos jugadores se enfrentan en un juego de estrategia, inteligencia y audacia, uno con piezas blancas y el otro con piezas negras. ¿El objetivo? Llegar al Jaque Mate.
En la segunda fila, resguardando las piezas mayores y de cara al enemigo, se encuentran los peones. Soldados chiquitos, pero valientes que, en casi todos los juegos, son los primeros en avanzar. Cada uno de ellos se moverá un casillero a la vez, y atacará a su oponente de manera diagonal. Algunos estrategas prefieren sacrificar peones en sus jugadas como trampas al oponente, otros en cambio, suelen resguardar una buena cantidad de ellos sosteniendo que son importantes para llegar al otro lado del tablero, convirtiéndose así en una pieza mayor. Aunque estas son las piezas con movimientos más reducidos, los peones avanzan, defienden y atacan de manera eficaz, cuando el jugador sabe ordenarlos en los lugares precisos, se convierten en poderosas piezas que desarticulan vallas y muros que protegen al rey del contrincante.
En la segunda fila encontramos las piezas mayores, en ambas esquinas, una torre que se moverá vertical y horizontalmente, tantos casilleros como el jugador desee. Ambas tienen un movimiento sorpresa, enrocar con el rey, quedando por el lado de afuera del mismo resguardando su seguridad ante cualquier ataque. Muchos estrategas usan esta pieza para dar el Jaque Mate, posicionándolas en las dos últimas columnas del tablero, tanto en derecha como izquierda, o en las dos últimas filas del mismo, tanto en la parte superior como en la inferior. De esta manera se encierra al rey quien no tendrá otro movimiento más que el de rendirse.
Seguido de las torres, se encuentran los caballos. Poderosas piezas para quienes sepan cómo armar su estrategia con base en su movimiento. El caballo se mueve en forma de L, puede ser tres casilleros adelante y uno al costado, tres al costado y uno adelante, etc. Mayormente, quienes son amateur en el juego, usan los caballos como carnada de poderosas trampas que darán de baja piezas importantes para el contrincante por querer capturarlos. No obstante, muchos genios del juego, sabrán usarlos junto a los alfiles o las torres para dar un glorioso y perfecto mate.
Alfiles, sus movimientos se limitan solo a las diagonales del color en que este posicionado, tantas casillas como quiera el jugador. Muchos piensan que estos son los primeros guardias del Rey y su Dama, ya que ocupan las casillas a los lados de estos. Es casi imposible dar un mate usando solo alfiles, pero son excelentes piezas para acompañar tanto a caballos como a la dama en un juego limpio, anclando piezas del contrincante que no podrá mover por defender al rey.
La dama. Sus movimientos son ilimitados, tanto vertical como horizontalmente y en diagonales indistintas, tantos casilleros como así se quiera jugar. Es una de las piezas más fuertes y más traicioneras si se pierden en la estrategia armada. Muchos jugadores utilizan esta pieza para atacar de manera agresiva a su contrincante, otros prefieren sacrificarla en valiosas trampas para desarmar la guardia. Es una pieza que todos prefieren capturar de manera rápida y ágil.
Por último el rey, la pieza no debe caer. Tiene movimientos limitados casi como los peones, puede moverse un casillero a la vez, pero a diferencia de los antes mencionados, puede comer en cualquier dirección una pieza contraria. Al rey nunca se lo come como a las demás piezas, este debe rendirse una vez que no tiene más escape de los ataques enemigos, debiendo el jugar derribarlo sobre el tablero en muestra de que ha perdido la partida.
Una vez terminada la batalla, ambos jugadores estrechan las manos como caballeros o damas que aceptan la derrota, en el caso del perdedor, y el victorioso aceptara que, por lo menos en esta partida, ha sido un digno oponente y mejor, por el momento, que su contrincante.
Micaela Martinez
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